Si siente un dolor intenso, como una descarga eléctrica, cuando la aguja entra, es probable que haya golpeado un nervio. Golpear un nervio puede causar daño permanente e incluso parálisis. Tus instintos te dirán lo correcto: retira la aguja inmediatamente.

Las inyecciones repetidas en el mismo músculo pueden causar daños y cicatrices que pueden afectar a la función muscular. Otras inyecciones pueden ser dolorosas y mal absorbidas. Recuerde cambiar o rotar el lugar de la inyección cada vez que inyecte.

Perforar accidentalmente un vaso sanguíneo cuando inyecta puede causar un sangrado dentro del músculo (una hemorragia) que, como mínimo, afectará a su rendimiento de entrenamiento y causará rigidez y dolor. Si accidentalmente inyectaras esteroides en una arteria estarías en un gran problema. Compruebe siempre que la aguja no esté en un vaso sanguíneo antes de inyectarse

A menos que haga sus inyecciones en el lugar exacto, corre el riesgo de dañar los tendones, nervios y ligamentos, causando dolor y serios problemas de movilidad.

A menos que esté absolutamente seguro de que sabe dónde y cómo inyectarse, pida consejo a un experto antes de acercarse a una jeringa.

Los equipos no estériles o la falta de higiene pueden causar infecciones en el lugar de la inyección, lo que provoca hinchazón o abscesos, que pueden ser difíciles de curar. Si el lugar de la inyección se calienta o se enrojece o empieza a gotear líquido, entonces debe dejar de inyectarse allí y buscar atención médica antes de que el problema empeore.

Si tiene alguna preocupación o inquietud acerca de su inyección, vaya directamente al servicio de intercambio de agujas, al servicio de drogas o al médico de cabecera. Recuerda que un profesional de la salud sólo podrá ayudarte adecuadamente si eres honesto sobre tu uso de esteroides. No esperes que tus problemas mejoren por sí solos, sino que es muy probable que empeoren.