Los moduladores selectivos de receptores de andrógenos (SARM) son una clase de compuestos terapéuticos que tienen propiedades similares a las de los agentes anabólicos, pero con propiedades androgénicas reducidas. Esta propiedad permite a los SARM la ventaja de la especificidad de los receptores de andrógenos, la selectividad de los tejidos y la ausencia de efectos secundarios relacionados con los esteroides. Algunos posibles efectos secundarios del uso de esteroides anabólicos son el acné, el daño hepático, el desarrollo del tejido mamario y el encogimiento del testículo en los hombres, así como el ahondamiento de la voz, el crecimiento del vello en la cara, el estómago, la parte superior de la espalda y los ciclos menstruales anormales en las mujeres. Los SARM tienen la capacidad de diferenciar entre las actividades anabólicas y androgénicas, y esto proporciona el potencial para oportunidades terapéuticas en una variedad de condiciones médicas, incluyendo enfermedades de desgaste muscular, osteoporosis, cáncer e hipogonadismo.

Los SARM son similares a los esteroides, pero no son lo mismo. Ambos funcionan uniéndose a los receptores de andrógenos, desencadenando cambios en el ADN que aumentan la capacidad de crecimiento de los músculos. Pero los esteroides son una herramienta contundente – también pueden impactar en otras partes del cuerpo, provocando efectos secundarios como problemas de próstata, pérdida de cabello y acné. Sin embargo, se dice que los SARM son “selectivos con los tejidos”, se dirigen a los músculos sin provocar la misma cadena de reacciones.

Los SARM fueron creados por accidente. A principios de los noventa, un científico llamado Profesor James T Dalton estaba trabajando en tratamientos pioneros para el cáncer de próstata cuando identificó la molécula andarina – el primer SARM. Fue de poca utilidad en el tratamiento del cáncer de próstata, pero tuvo un efecto notable en el crecimiento muscular.

Varios años después, Dalton creó una versión más refinada, conocida como ostarina. En los ensayos clínicos, los hombres mayores a los que se les administró el fármaco durante 12 semanas aumentaron la masa muscular magra y redujeron la grasa, mientras que obtuvieron una mejora de más del 15% en la capacidad de subir escaleras. Pero un ensayo posterior en pacientes con cáncer no produjo los resultados deseados y el desarrollo de la droga se detuvo.